lunes, 18 de agosto de 2008


El Ankoku Butoh nació como una forma de romper con la creciente invasión de la cultura occidental sobre un Japón de post-guerra, ocupado y llevado a una tecnificación tan impersonal que convertía a sus habitantes en números y objetos destinados sólo a producir. Existen fuerzas exteriores dadas por el libre mercado y la occidentalización de la vertiginosa vida japonesa: los interminables ciclos de fabricación que han llevado a ese país a ser una potencia económica mundial a costa de la pérdida de su ser interior. El Butoh busca rebelarse contra esa realidad. El sentido de esta danza es volver a la tierra, sentir la tradición y la profunda palpitación del cuerpo unido a la naturaleza. De hecho Hijikata y Ohno eran admiradores de las formas tradicionales olvidadas, aunque se diga que con su propuesta interrumpieron el hilo conductor del teatro Noh y del Kabuky.La primera obra butoh fue Kinjiki (Colores prohibidos), de Tatsumi Hijikata. Basada en la novela del mismo nombre de Yukio Mishima, la obra exploraba el tema de la homosexualidad y terminaba con la muerte por asfixia de un pollo vivo entre las piernas del actor Yoshito Ohno, y Hijikata persiguiéndole en la oscuridad. La obra indignó a la audiencia y provocó la expulsión de Hijikata del festival en que la obra se estrenó. En otra de sus obras Tatsumi Hijikata bailaba con los ojos desorbitados, una falda rosada y un pene metálico de grandes proporciones atado a su pubis. Así Hijikata, junto con Kazuo Ohno (1906-) dieron un vuelco en 180 grados desarrollando una representación única del cuerpo en movimiento, que desafió lo convencional y que hoy es conocida en el mundo entero. Hijikata murió sin llegar a envejecer, mientras que Ohno tiene 101 años y es el representante de but? de mayor edad. Aun hoy sigue dando funciones y enseñando.
Luego de Colores prohibidos Hijikata continuó alterando las formas tradicionales de la danza. Inspirándose en Yukio Mishima, Lautréamont, Artaud, Genet y en el Marqués de Sade, profundizó en lo grotesco, lo oscuro y lo decadente. Paralelamente, exploró la transmutación del cuerpo en otras formas como humo, polvo, fantasmas o animales.En la década de los años 80, el Butoh resurgió de la indiferencia experimentada en Japón cuando una serie de grupos artísticos comenzaron a representarlo fuera del país. El más conocido es Sankai Juku.Actualmente, el reconocimiento del Butoh es ambiguo. Aceptado como forma de arte teatral independiente fuera de Japón, allí permanece casi desconocido.

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